Las diferencias entre San Francisco y cualquier otro barrio de Bilbao son más que evidentes. En nuestras calles, convivimos culturas muy distantes entres sí y ello queda latente en cada rincón del barrio. Los bilbaínos parece que nos negamos a integrarnos e integrar a nuestros nuevos vecinos y muchas veces, ellos parecen no estar interesados en compartir nuestras costumbres. Mientras tanto, intentamos convivir. Decir que no tenemos problemas creo que es negar la evidencia pues está claro que el roce, además de cariño, hace que aparezcan los problemas.
El otro día, un domingo cualquiera, estábamos en casa viendo la tele. Se nos antojaron palomitas y baje a la calle a comprar. ¿Cuál fue mi sorpresa? Comprar palomitas fue casi, misión imposible. En ninguna tienda tenía, muchos ni siquiera entendían a qué me refería con "palomitas", pregunté cómo se decía en árabe y aún así... parecía imposible. Al final encontré las palomitas, a un precio desorbitado y después de recorrerme todas las tiendas del barrio. La comida es una de las principales diferencias entre los bilbaínos y los nuevos vecinos pues las costumbres culinarias son muy diferentes. Creo que si vivís en el barrio, lo sabéis. Las fruterías están llenas de frutas que en el Carrefour consideran exóticas, en las carnicerías no se vende cerdo. Poco se parecen nuestras tiendas de ultramarinos al resto y puede ser todo una aventura explorar las baldas de los comercios de nuestro barrio.
A pesar de todo... San Francisco es Bilbao.
Hola
ResponderEliminarNos acabas de dejar un comentario en nuestro blog de litteraemundi pero que he borrado por error al ir a autorizarlo. Ni que nos sobraran los comentarios, jejeje. Bueno, que como ves he visitado tu blog y me parece una idea interesante así que encantado de que nos enlaces, y si te parece bien, haré lo mismo con tu blog en el nuestro.
Un saludo